Las peleas entre Abbie Maley y el hermanastro son un ritual de apareamiento
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A la morena culona Abbie Maley no le importa que el hermanastro sea un luchador profesional. Cuando él la molesta, ella siempre está dispuesta a pelear, aunque él siempre termine derrotándola. Es que en el fondo, eso es lo que la zorra quiere. En cada combate, el cerdo la pone en la postura del 69, empieza a comerle el coño y acaba desnudándola. Ella termina siempre con su polla en la boca, a mil por hora, rogándole que la folle. Sin dudas, a esta zorra le encanta que se la follen duro, y aunque intenta disimularlo, el hermanastro sabe bien que lo que la guarra quiere es que le de polla por todos los agujeros.