A la esposa le gusta verlo follarse el culo con un gran consolador
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Este hombre se ha dejado llevar por las fantasías y los juegos sexuales de su esposa a tal punto que hoy parece más su esclavo sumiso y obediente que su marido. La guarra tiene un fuerte obsesión con el sexo anal en los hombres, y de meterle un dedo tímidamente en el ojete, pronto ha pasado a follárselo con consoladores. Ahora le ha hecho comprar una máquina de follar, para que se folle a sí mismo con un consolador enorme de frente y a cuatro patas. Lo peor de todo es que lo obliga a hacerlo frente a la webcam, exhibiendo el rostro para que se sienta bien humillado.